Actualizado 06/03/2014 13:36

El 16% de los españoles reconocen estar malnutridos como efecto de la pobreza

Pobre, pobreza, mendigo
Foto: REUTERS

OVIEDO, 6 Mar. (EUROPA PRESS) -

   La Alianza Nacional contra el Hambre y la Malnutrición de España (ACHM-E) ha celebrado el primer encuentro sobre el Hambre y la Malnutrición en Oviedo. En él, su director y catedrático de la Universidad de Oviedo, Benito Aláez ha incidido en la necesidad de un "cambio de perspectiva" en las políticas de servicios sociales, entendiendo la malnutrición como causa y como efecto de la pobreza.

   Del encuentro, celebrado en octubre, Aláez ha destacado en rueda de prensa como conclusión que el dos por ciento de la sociedad española sufre hambre y el 16 por ciento reconocen tener una dieta inadecuada (mala nutrición).

   A juicio de Aláez, estos datos, extraídos del informe FOESSA de integración social y necesidades sociales de 2010, ponen de relieve la relación entre la pobreza y la alimentación inadecuada "más que entre pobreza y hambre propiamente dicho".

   Además Aláez ha asegurado que el porcentaje de personas con hambre en España "solo ha aumentado ligeramente con respecto a la situación de hace 10 años". Lo que sí se ha agravado "severamente", ha dicho, es la mala nutrición, con un notable aumento del problema de la obesidad entre las personas de rentas bajas.

   En este sentido ha explicado que el consumo diario de frutas y verduras es mucho menor que el de carne o embutidos. "Las clases más aventajadas consumen más fruta y verdura", ha explicado Aláez.

   Asimismo la Encuesta Nacional de Salud pone de relieve que el 2,8 por ciento de la población escolar española presenta déficits alimentarios en el desayuno, y el 16 por ciento de la población infantil sufre sobrepeso. "La incidencia de la obesidad está directamente relacionada con la clase social. Hay una mayor patrón de mala alimentación en las clases sociales más bajas", ha destacado.

   Ante esta situación Aláez ha insistido en que es necesaria la prevención de la obesidad infantil. Hasta ahora, ha dicho, los comedores escolares cubrían las necesidades de aquellos niños cuyos padres trabajaban y a la vez se conseguía un aprendizaje sobre la alimentación más adecuada. Ahora con la crisis, ha lamentado, "el acceso a los comedores escolares es más dificultoso, y son los grupos más desfavorecidos los que se dejan de beneficiar de la alimentación y la educación que ofrece el comedor".