Estado Islámico, Daesh, en Libia
REUTERS
Actualizado: jueves, 19 mayo 2016 20:24

WASHINGTON, 19 May. (Reuters/EP) -

El Departamento de Estado estadounidense ha anunciado este jueves la inclusión dentro de la lista de organizaciones extranjeras terroristas a filiales del Estado Islámico en Libia, Yemen y Arabia Saudí.

Dicha designación supone "sanciones y penalizaciones a aquellos ciudadanos extranjeros que hayan cometido o puedan constituir un riesgo grave al cometer actos de terrorismo que amenacen la seguridad de la población estadounidense, la seguridad nacional, la política exterior o la economía de Estados Unidos."

Las inclusiones en esta lista de organizaciones terroristas son una forma de denegar el acceso al sistema financiero de Estados Unidos a aquellos individuos y grupos sancionados.

El Departamento del Tesoro también ha anunciado varias sanciones impuestas a seis individuos con el objetivo de acabar con los intentos de recaudación de fondos del Estado Islámico, Al Qaeda y el Frente Al Nusra, así como de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA).

"La actuación de hoy está dirigida a los financiadores y mediadores del Estado Islámico, Al Qaeda, AQPA y el Frente Al Nusra, responsables de mover dinero, armas y personas en el nombre de estas organizaciones terroristas" ha declarado el secretario adjunto, Adam J. Subzin.

Entre los sancionados se encuentra Nayif Al Qaysi, residente en Yemen, un alto cargo de la AQPA según el Departamento y un importante pilar económico, encargado de conseguir fondos para la organización fuera de Yemen. Otro de los individuos, Mostafa Mohamed, ha sido sancionado por proporcionar apoyo económico al Frente Al Nusra en Siria.

En septiembre del año 2015, Estados Unidos impuso sanciones a más de 30 líderes, partidarios y afiliados al Estado Islámico en todo el mundo. La coalición encabezada por Estados Unidos que lucha contra el Estado Islámico anunció que además de atacar a los milicianos y líderes el grupo terrorista iría a por su estructura financiera. Los ataques aéreos han reducido la capacidad del Estado Islámico de extraer, refinar y transportar petróleo, una de sus mayores fuentes de ingresos, que ya se encontraba en decadencia debido a la bajada de su precio.

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