MADRID, 19 Jul. (OTR/PRESS) -
Los problemas económicos en Venezuela no sólo afectan a los venezolanos que allí viven, también a los jubilados extranjeros que durante décadas trabajaron en el país que gobierna Nicolás Maduro.
Los problemas y retraso en el cobro de las pensiones comenzaron en 2014, pero es durante todo este año cuando el problema se agrava considerablemente, ya que llevan meses sin cobrar su pensión de jubilación, lo que supone que dependan de familiares, amigos o de la caridad de Organizaciones como Cáritas o Cruz Roja para subsistir en España o en otros países latinoamericanos.
La mitad de los jubilados españoles que dedicaron su vida laboral en Venezuela, aún permanece en el país, cuya inflación alcanza ya una cifra de tres dígitos y la escasez de productos y la inestabilidad en el Gobierno agravan aún más la situación de los que permanecen allí.
En España, y sobre todo en las Islas Canarias, es donde están afincados menos de la mitad de los afectados por el impago de las pensiones del Gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro. La situación económica de la mayoría de ellos es crítica.
Miguel Megías, un español octogenario que trabajó en Venezuela durante 50 años, subsiste en Granada dando clases de inglés, como explicaba a Reuters.
Con 80 años, ha cambiado de asignatura y de alumnos para subsistir. Trabajó en Venezuela durante cinco décadas como profesor de ingeniería y ahora enseña inglés en Granada para llegar a fin de mes.
Hay que tener en cuenta que la mayoría de estas personas afectadas son mayores, personas que ya no trabajan y en muchos casos enfermas. Necesitan sus pensiones para sobrevivir y llevar una vida digna sin depender de la caridad de familiares o amigos.
Los extranjeros que dedicaron su vida laboral en Venezuela y que ahora están en una situación límite se extienden por varios países latinoamericanos y España.
Chilenos que huyeron de la dictadura del general Augusto Pinochet, unas 1000 personas, comparten angustia con los jubilados de origen español. Los chilenos que entonces encontraron en Venezuela un país seguro y al que entraron como refugiados llevan también un año esperando el cobro de sus pensiones. Sonia Laborde, una jubilada de 73 años, es la encargada de coordinar desde Santiago de Chile a sus compatriotas y evidenciar la angustia y el problema, aunque persiste la falta de respuesta del presidente Maduro.
En España, es Miguel Megías, quien dirige un blog para compartir información con los afectados en todo el mundo. La situación es crítica y preocupante ante la falta de respuesta del Gobierno venezolano, de quien no reciben respuesta alguna.
El Gobierno de Maduro aplica un sistema cambiario, instalado por Hugo Chávez, que ha generado distorsiones económicas y provocado la falta de recursos económicos que le impiden hacen frente a sus obligaciones con los trabajadores extranjeros que han vivido, trabajado y cotizado en Venezuela durante décadas.
El sistema de control cambiario, según explica ED, establece que la compra de dólares o euros necesarias para las importaciones o para que los turistas viajen al extranjero, deben ser autorizadas por una entidad gubernamental. Al carecer de dólares, debido entre otras cosas a la caída en picado del precio del petróleo, hace que el Gobierno deniegue todas las solicitudes y sólo cumple con las entidades de crédito internacional.
