El autor del crimen de la Alameda, en su última palabra: "En su día, era la víctima o yo"

Actualizado: jueves, 14 junio 2012 17:30

SEVILLA, 14 Jun. (EUROPA PRESS) -

José Antonio H.G., el joven de 29 años de edad acusado de matar al propietario de una hamburguesería ubicada en el entorno de la Alameda de Hércules de la capital hispalense después de propinarle un total de 59 puñaladas, ha hecho uso de su última palabra para asegurar a los miembros del jurado popular que, "en su día, era la víctima o yo", ya que, según mantuvo en su declaración, Manuel Flores habría intentado violarlo y eso fue lo que le obligó a cometer el crimen.

Durante la cuarta sesión del juicio con jurado popular que se está celebrando en la Audiencia Provincial de Sevilla, el acusado ha hecho uso de su última palabra para explicar que, "en su momento, reconocí los hechos, pero no porque pudiera suponer una rebaja" en la posible condena, sino por "mi estado psicológico".

Tras señalar que "hoy no se sabe lo que pasó en la casa del fallecido", ubicada en la calle Joaquín Costa de la capital hispalense, el imputado ha asegurado que, "si pudiera volver atrás, no ocurriría nada de lo que ocurrió", por lo que, dirigiéndose a los miembros del jurado, ha dicho que "sólo pido que tomen la decisión que vean pertinente" teniendo en cuenta que, "en su día, era la víctima o yo".

El abogado del imputado, José Javier Toucedo, ha pedido para su cliente una pena de entre cinco y diez años de cárcel por un delito de homicidio con las atenuantes de legítima defensa, confesión y arrebato. "Esta parte reconoce la comisión de un delito de homicidio y las 59 puñaladas, desde la primera hasta la última", ha dicho el letrado, que, no obstante, ha considerado que no han quedado probadas ni la alevosía ni el ensañamiento planteados por la Fiscalía y la acusación particular.

NI ALEVOSÍA NI ENSAÑAMIENTO

Así, ha señalado que su patrocinado "no cogió por detrás" a la víctima --negando así que se tratara de un ataque sorpresivo--, sino que "se pelearon de frente", ya que sólo dos de las 59 puñaladas están localizadas en la espalda de la víctima, que "presentaba además heridas de defensa". A ello se suma que "no se ha probado que quisiera aumentar el dolor de la víctima", por lo que no hay ensañamiento, "que no depende del número de puñaladas, sino de aumentar el dolor de manera consciente".

A su juicio, lo que se produjo fue "una refriega" entre víctima y acusado, que se encontraba en "una situación límite". "Tuvo que haber una agresión, una pelea, un detonante, una lucha", pues "no se puede pasar de hacer turismo familiar al asesinato con ensañamiento sin que haya algo en medio". "¿Quién puede asegurar que la víctima no le puso el cuchillo en el cuello para tener relaciones sexuales y mi cliente no lo ha dicho por vergüenza y por su trastorno?", ha preguntado al jurado.

Respecto a las atenuantes, el abogado ha defendido la legítima defensa, el arrebato --"estaba en una situación en la que se sabe lo que se quiere pero no se llega a controlar bien lo que se hace"-- y la confesión, pues "si no hubiera dicho nada, probablemente no estaríamos hoy aquí y la muerte no tendría autoría", tras lo que también ha aludido al hecho de que el acusado no cuenta con antecedentes por delitos cometidos con violencia y "arrastra" un trastorno desde su infancia. "Ha cometido un error, pero ¿por ese error merece 25 años en la cárcel", ha cuestionado.

SEGÚN EL FISCAL, EL ACUSADO "HA MENTIDO"

De su lado, el fiscal ha aseverado que el imputado ha "mentido" tanto en "detalles" como en el "fondo del asunto", pues, en contra de lo manifestado por el acusado, "ha quedado plenamente acreditado que en alguna ocasión mantuvieron relaciones sexuales", punto en el que ha hecho referencia al preservativo hallado con una mezcla del perfil genético de ambos. Asimismo, ha señalado que los distintos análisis han demostrado que no consumieron drogas ni alcohol.

En su informe final, el fiscal, que pide para José Antonio 23 años de cárcel por un delito de asesinato, ha señalado que, según los testigos, el fallecido era una persona "confiada, generosa y que, en su ambiente, tenía éxito", por lo que no tendría sentido el intento de violación alegado por el acusado para cometer el crimen.

A su juicio, "y por motivos que nunca vamos a conocer", el imputado "se fue a la cocina, cogió un cuchillo y, tras coger a la víctima por el cuello, le dio la primera puñalada en el pecho", tras lo que "siguió apuñalándolo de forma violenta" hasta completar las 59 puñaladas, todo ello mientras la víctima "estaba viva".

ATAQUE "SORPRESIVO" E "INESPERADO"

Ha añadido que el crimen se cometió con alevosía, "por lo inesperado y sorpresivo del ataque", y ensañamiento, ya que "aumentó de forma intencionada su dolor a pesar de saber que se estaba muriendo", y ha rechazado las circunstancias atenuantes defendidas por el abogado del acusado, aseverando que la confesión "a la carta en Derecho Penal no vale, no existe".

De su lado, el abogado de la acusación particular, que ha coincidido con el fiscal en las "reiteradas mentiras" del procesado, para quien pide 25 años de prisión, ha llamado la atención sobre la "brutalidad tremenda" del crimen, pues "se trataba de puñaladas profundas y anchas" frente a las cuales el fallecido "trató de defenderse inútilmente".

Tras destacar el carácter "confiado, no violento y generoso" del finado, que "era una muy buena persona", el abogado ha negado también que la víctima intentara forzar al imputado, aludiendo igualmente al preservativo hallado en la habitación, por lo que "es evidente que tuvieron sexo".

"NO HAY ARREPENTIMIENTO ESPONTÁNEO"

Ha negado que el acusado "se arrepintiera de forma espontánea" y confesara un crimen "atroz, brutal, que ni la sociedad ni la familia podrán olvidar en mucho tiempo", y ha defendido que hubo alevosía y ensañamiento, pues "la única defensa que pudo ofrecer fueron sus manos desnudas". "El veredicto se escribió aquel día, por lo que éste es muy fácil y evidente", ha concluido.

A continuación, el magistrado-presidente ha hecho entrega del objeto del veredicto al jurado, que se ha retirado a deliberar y que deberá determinar si el crimen fue un homicidio, como sostiene la defensa, o un asesinato, como propugnan la Fiscalía y la acusación particular.