SEVILLA, 19 May. (EUROPA PRESS) -
La escritora María Dueñas, autora de la obra 'El tiempo entre costuras', ha inaugurado la Feria del Libro de Sevilla 2011 en un acto en el que ha manifestado que "el significado de un texto no se fija en el momento en el que el autor pone el punto final a su obra o en el instante en que las páginas se terminan de imprimir", sino que "a través de los ojos de los lectores cada libro cada día se vuelve a reescribir".
Así lo ha pronunciado este jueves en la conferencia inaugural, titulada 'Lecturas y lectores', donde ha defendido que "los libros cambian como cambian los paisajes con las estaciones", de manera que "los lectores pasean por los libros como los caminantes por los caminos o los viajeros por los destinos; a veces abren nuevas sendas con rincones inesperados, a veces quedan sobrecogidos con maravillas monumentales a los ojos de todos, o son ellos quienes descubren detalles que les llenan de emoción".
De este modo, María Dueñas "poco a poco" ha recopilado las impresiones de "los caminantes que transitan por los libros" y sale este catálogo con "esencias lectoras en el que hay de todo". Para ella, hay "lectores de rasgos detectivescos, que están capacitados para formar parte de un equipo de CSI; lectores que ven cosas donde nadie las percibe, que encuentran rastros perdidos y atan cabos antes de que la propia trama los resuelva".
También ha encontrado los "lectores cinematográficos, que se transforman mentalmente las escenas en fotogramas a medida que las páginas pasan; lectores románticos, que ponen sus emociones por encima de la propia acción y absorben la lectura a través de los sentimientos y pasiones; lectores compasivos, que sufren con el protagonista sus anhelos y sus penas, lectores que pasan miedo y lloran con las desgracias de los personajes y gritan con los triunfos".
Además, en el catálogo de Dueñas hay "lectores currantes, que machacan y subrayan las líneas una a una, acuden al diccionario y a Internet y a veces me han llegado a presentar un dossier; lectores compulsivos, que roban horas al sueño, posponen obligaciones o se saltan la parada del metro o el autobús; lectores rigurosos, que comprueban todos los datos y a veces te pillan en un renuncio; lectores viajeros, que quedan seducidos por los escenarios de los libros y a veces cuentan que gracias a la historia se han animado a emprender un viaje a los destinos de la escritura".
O aquellos "lectores que son grandes soñadores, que reconstruyen atmósferas y se ven encarnados en los personajes, vistiendo sus ropas o besando a sus amantes; los lectores sanados, a los que la lectura les ha aliviado su dolor y les ha proporcionado un bálsamo; lectores disfrutones y hedonistas, que buscan la pasión y quieren pasar un rato ajeno a la cotidianeidad de todos los días; lectores analíticos y racionales, que buscan siempre causas y te dan un toque cuando una escena no cuadra al cien por cien con las coordenadas de la lógica".
De igual modo, la escritora cita a los "lectores justicieros, que a duras penas contienen las ganas de saltar entre las páginas para vengar traiciones o para culpas y compensar las injusticias de la imaginación del autor; lectores linguísticos, que se recrean en la hermosura de las palabras y paladean los verbos o los adjetivos; lectores conversos, que juraron que jamás leerían un libro de tal o cual genero y al final se vuelven furibundos defensores de su nueva posición y admiradores apasionados para siempre".
Asimismo, hay cabida para los "lectores comunistas, que ponen en común sus avances en los libros con otras personas y comparten y debaten, a veces se ponen de acuerdo y otras no, pero siempre se enriquecen; lectores creativos, que añaden episodios nuevos y te dicen: 'Tú deberías poner esto aquí' o '¿por qué no has hecho esto?'; lectores nostálgicos, que quedan cautivados al encontrar en las páginas pequeños recuerdos del ayer, costumbrismo entrañable que recuerda a épocas pasadas o les devuelve la mirada a personas queridas que dejaron de existir".
En el catálogo de su conferencia también están los "lectores desafiantes, que sólo leen para comprobar que un libro no merece la pena, pero no suelen dar tanto la cara; lectores contagiosos, que se empeñan en compartir sus impresiones con los demás y transmiten su entusiasmo; lectores ansiosos, que se saltan párrafos y hasta páginas para conocer el desenlace y después tienen que dar marcha tras para enterarse de lo que pasa".
Entretanto, María Dueñas ha señalado que "a menudo" le van a ver "lectores futuros, que tras aguantar una larga cola después de un acto se me acercan para prometerme que me van a leer; y los lectores reincidentes, que tras una primera lectura abordan el libro otra vez sin interponer otro título en medio".
De esta manera ha concluido su repaso a los lectores la autora de 'El tiempo entre costuras', quien ha subrayado que "hay un axioma, según el cual, sólo existen dos tipos de lectores, los buenos y los que no lo son, yo discrepo de esta postura, pues, todos los lectores son buenos, cada uno a su manera son válidos y meritorios y contribuyen a que la lectura no nos deje de fascinar". Por ello, comparte este "tributo a los lectores y humilde alegato en favor de la subjetividad y la individualidad de cada cual al abrir un libro ante los ojos".
"SIN LOS LECTORES NADA TIENE SENTIDO"
En cualquier caso, María Dueñas ha matizado que "el lector siempre está sobrevolando" a los escritores, "acompañándonos en nuestro trayecto desde que arrancamos a escribir e incluso antes cuando se forma la idea en nuestra mente, siempre mirando por encima de nuestro hombro lo que escribimos día a día y controlando nuestro trabajo, porque sin los lectores nada tiene sentido".
Así, considera que "en la escritura íntima para los que escribimos los lectores son una masa, un colectivo, y será después cuando llegue a sus manos cuando el lector abstracto tome cuerpo y forma", es más, asegura Dueñas, "lo hará individualmente, porque cada lector es único".
No en vano, "desde que damos los primeros pasos sabemos que no somos iguales como lectores y esos pasos nos distinguen a unos de otros", argumenta la escritora, quien añade que "cuando nos enfrentamos a la lectura de una manera individual es cuando nos convertimos en lectores independientes".
Es por ello que "cada lector interpreta a su propia manera lo que lee y a partir de un texto es capaz de descubrir o de inventar cosas que están más allá de los meros escenarios o las acciones del libro", así, justifica, "el lector se convierte no solo en receptor, sino en un cómplice del autor para su obra".
En este sentido, Dueñas afirma que "existen infinitas experiencias lectoras y muy diversas maneras de afrontar la lectura, estableciéndose así un número incuantificable de perfiles de lectores", un hecho en el que la escritora se ha fijado en sus actos de conferencias y presentaciones, donde "he entrado en contacto directo con la complicidad de todos los lectores que recorren el espectro de nuestra sociedad y a través de este contacto se aprecia lo distinto que son los lectores en cuanto a abordar la lectura y de recorrer la trama con una mirada propia y original".
A la conferencia inaugural han asistido además el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, quien ha reconocido la labor de la Asociación de la Feria del Libro, que ha permitido "un cambio de rumbo exitoso" al evento; al tiempo que ha destacado el trabajo "valioso" realizado en la red de bibliotecas municipales de la capital, pasando de dos bibliotecas en 1992 a un total de 13 en 2010. También estaban presentes la viceconsejera de Cultura, Dolores Carmen Fernández, la presidenta y el director de la Feria del Libro, Juana Muñoz y Javier López, respectivamente.