Pujol alerta de que la relación actual con el Estado deja disminuida a Cataluña
BARCELONA, 14 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Corredor Mediterráneo "no tendría sentido para el resto de España" si Cataluña se independiza, según ha afirmado el catedrático de la UAB Clemente Polo y uno de los autores del estudio 'La cuestión catalana, hoy' del Instituto de Estudios Económicos (IEE).
En ese caso, las mercancías se vehicularían por el Corredor Central, de Madrid a Zaragoza y de allí al resto de Europa, ha augurado en la presentación del documento en el Círculo de Economía.
Polo ha señalado que "no hay una solución equitativa ni razonable para repartir el capital público acumulado en los últimos 50 años" entre el Estado y Cataluña, y ha puesto ejemplos de decisiones estatales en el pasado que favorecieron a la economía catalana, como la ubicación de Seat en Barcelona.
Ha cuantificado en 150.000 millones la deuda pública que debería asumir Cataluña, y se ha preguntado si el nuevo país podría hacerle frente.
El texto del IEE, presentado en Madrid en noviembre, alerta de las consecuencias económicas "dramáticas" que tendría la independencia de Cataluña, a la que atribuye tres consecuencias inmediatas: la ruptura del mercado interno español, y la salida de Cataluña de la Unión Europea y la Eurozona, ha expuesto el presidente del IEE, José Luis Feito.
Feito ha calculado que "tres o cuatro generaciones" de catalanes sufrirían las consecuencias de perder su vinculación al resto de España y a Europa, tanto para vender sus productos como para financiarse en el ámbito público y privado.
El director general del IEE, Joaquín Trigo, ha aseverado que Cataluña "vende mucho en España y compra muy poco, y ese excedente lo usa para comprar en el extranjero, de donde importa más que exporta", y ha ejemplificado que Cataluña vende más a Aragón que a Alemania.
NEGOCIACIÓN POLÍTICA
El secretario general del Círculo de Empresarios, Antonio Oporto, que ha acudido como oyente, ha querido plasmar que la entidad comparte con el IEE "la idea de que una secesión no tiene una lógica económica", y ha apuntado a un problema de negociación, que ha instado a que los políticos solucionen, tomando ejemplo de la celeridad del Vaticano para elegir al nuevo Papa Francisco.
El expresidente de la Generalitat Jordi Pujol ha advertido de que "tener la sensación de que juegas con alguien que no hace trampa es decisivo", y ha considerado que el punto de inflexión en las relaciones entre Cataluña y el resto de España se dio cuando el Tribunal Constitucional sentenció contra múltiples artículos del Estatut.
Ha agradecido la explicación de su punto de vista al IEE, pero ha querido incidir en que "es indiscutible que un país como Cataluña sería perfectamente viable si lo hiciera bien", como ha sido Estonia.
"Cataluña no es viable ahora, como país disminuido --por parte del Estado-- en su cultura, en su lengua y en su Estado del Bienestar" con recortes y tras haber incrementado su población de seis a más de siete millones de habitantes en la última década, ha argumentado.
