PARÍS 13 Oct. (Reuters/EP) -
Los sindicatos franceses mantienen este miércoles la huelga en el sector ferroviario por segundo día y han bloqueado las refinerías de petróleo en protesta por las reformas de las pensiones.
El proyecto de ley será aprobado en pocos días por el Senado y el Gobierno del presidente Nicolás Sarkozy se mantuvo firme en el bloque central de la reforma, a pesar de una huelga nacional que el martes reunió a más de un millón de manifestantes en las calles, según fuentes oficiales.
Los líderes sindicales han dicho que en las reuniones locales de este miércoles en toda Francia votaron casi unánimemente a favor de extender el paro al sector ferroviario estatal, la base de las protestas. Sin embargo, reconocieron que la participación había caído.
"El paro se ha alargado al menos hasta el jueves, que será un día decisivo para su continuidad", dijo Bruno Duchemin, secretario general del sindicato ferroviario CFDT-Fgaac.
Los dirigentes sindicales tenían previsto reunirse el miércoles para discutir si se debe tratar de extender la huelga pese a la caída del número de huelguistas.
El servicio estatal de ferrocarriles francés, SNCF, comunicó que sólo alrededor de una cuarta parte de sus trabajadores abandonaron el trabajo el miércoles, frente al 40 por ciento del martes, con dos tercios de los trenes de alta velocidad y más de la mitad de los trenes regionales funcionando con normalidad.
Sólo 135 colegios se han visto afectados este miércoles, frente a los 357 del martes, señaló el ministro de Educación.
SECTOR DE LA ENERGÍA
En el sector de la energía, los trabajadores detuvieron el transporte de combustible de ocho de las doce refinerías francesas y algunos de los 160 depósitos de combustible del país.
Con los sindicatos en cinco refinerías, cuatro de ellas operadas por 'Total', la producción del mayor puerto petrolífero de Francia, en Marsella, está descendiendo y según la UFIP las estaciones de servicio podrían sufrir escasez de combustible a partir de la próxima semana.
El gobierno, que mantiene que 1,2 millones de manifestantes salieron a las calles el martes frente a las estimaciones sindicales de 3,5 millones de personas, seguiría adelante con una reforma que se necesita para restaurar la salud de las finanzas del Estado y retener a Francia la calificación crediticia AAA.
"No niego que había un montón de gente en las calles, pero al mismo tiempo, ¿qué podemos hacer? ¿No reformar el sistema de pensiones?", dijo el ministro de Trabajo, Eric Woerth, a la emisora RTL, puntualizando que únicamente las modificaciones de menor importancia serán posibles antes de la aprobación del Senado.
El Gobierno de Sarkozy dice que la reforma es esencial para equilibrar un sistema de pensiones que de otro modo supondría 45.000 millones de euros en el año 2020. La normativa eleva la edad mínima de jubilación de 60 a 62, y lo asciende de 65 a 67 para una pensión completa.
La oposición y los senadores del gobierno esperan que finalice la discusión del proyecto de ley lo más pronto posible, seguramente antes del fin de semana.
Los sindicatos, que anularon un intento en 1995 para reformar el sistema con 24 días de huelga, han dicho que las protestas continuarán independientemente de que el proyecto sea aprobado por el Senado.