WASHINGTON, 20 Nov. (Reuters/EP) -
Los miembros republicanos y demócratas del denominado 'Supercomité' del Congreso norteamericano encargado de ahorrar 1,2 billones de dólares (casi 888.000 millones de euros) en los presupuestos durante los próximos diez años han mantenido sendas reuniones por separado. Las negociaciones permanecen encalladas, alimentando los vaticinios que apuntan a un fracaso de dicho organismo.
Los seis miembros republicanos y demócratas aún están lejos de alcanzar un acuerdo, a cuatro días de que finalice el plazo para acordar la fórmula para conseguir el objetivo de la reducción de 888 millones de euros.
Por su parte, los republicanos han abordado esta cuestión a través de una conferencia telefónica, si bien no han trascendido los detalles tratados. Mientras tanto, los demócratas, que rechazaron la última propuesta republicana, han estado celebrando diversas conversaciones privadas durante este fin de semana, aunque ninguna de ellas se han reunido los seis, según han explicado sus respectivos asesores.
Ante dicho contexto, el senador republicano Jon Kyl, preguntado por los periodistas este sábado, ha respondido sobre el compromiso número uno del 'Supercomité' que "ni siquiera está seguro de que lo haya". "Nadie quiere dimitir hasta la llegada de la medianoche", ha dicho el miembro del organismo.
Solo Kyl se encontraba en Washington, sede de los diversos supercomités que alberga el Capitolio, pero hasta seis miembros de este organismo está previsto que participen en varios debates televisivos. Durante los últimos días, ambas partes se han enzarzado en un intercambio de acusaciones, vislumbrando sus posiciones en un hipotético fracaso.
El 'Supercomité' fue creado el pasado mes de agosto a raíz de la crisis de la deuda estadounidense que a punto estuvo de suponer la bancarrota de Estados Unidos al no elevar el techo de deuda permitido en su Constitución, lo cual desembocó en la rebaja de un peldaño de la calificación de sus bonos (AAA) por parte de la agencia de 'rating' Standard & Poor's.
La característica fundamental de este organismo es su extraordinaria autoridad para intervenir en el déficit presupuestario y la deuda estadounidense, que el pasado viernes alcanzó los 15 billones de dólares (11,1 billones de euros).
No obstante, un fracaso de las negociaciones y, por ende, del plazo estipulado, no supondría la declaración de bancarrota de la economía estadounidense. Entretanto, demócratas y republicanos permanecen divididos entre, o bien emprender recortes --exigidos por los conservadores--, o sino aumentar los impuestos sin tocar los programas sociales como Medicare, Medicaid y la Seguridad Social, a propuesta de los demócratas.
Como telón de fondo de estas negociaciones están las elecciones presidenciales de noviembre del próximo año, en las cuales el presidente estadounidense, Barack Obama, parte como favorito, si bien su gestión de la economía le ha situado incluso por debajo de su más inmediato rival republicano, el ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney.