MADRID 5 Ago. (EUROPA PRESS) -
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Antonio Guterres, subrayó la "dramática" crisis que viven los refugiados somalíes en el campamento de Dadaab, en el noreste de Kenia, y pidió a la comunidad internacional más ayuda.
"Junto con el pueblo keniano y las autoridades del país, nos enfrentamos a una de las crisis de refugiados más dramáticas de los últimos tiempos en Dadaab, en una zona semiárida que está lejos de todo", afirmó Guterres. "Tenemos cerca de 300.000 refugiados aquí, y cada mes llegan miles más", añadió.
Guterres, que está en una visita oficial de tres días a Kenia, también describió Dadaab como "la situación más difícil en el mundo". Localizado a 90 kilómetros de la frontera con Somalia, los tres campamentos que forman el complejo de Dadaab fueron construidos para albergar a 90.000 personas. A día de hoy, el número de refugiados que aloja triplica esta cifra, y en su mayoría son somalíes.
La población refugiada a largo plazo necesita urgentemente que se mejore la infraestructura en uno de los campamentos de refugiados más grandes del mundo, incluidas las redes de distribución del agua, e incrementar los servicios sanitarios y educativos. También es primordial ampliar los terrenos.
Mientras la violencia continúa en Somalia, cada mes llegan a este complejo 6.500 refugiados nuevos, y sólo un tercio de las nuevas llegadas consigue tierra para levantar un refugio.
El Alto Comisionado también anunció que ACNUR proveerá una cantidad adicional de 20 millones de dólares este año para cumplir las necesidades de los refugiados. "Contamos con la cooperación del Gobierno keniano y la solidaridad de la comunidad internacional para hacer esto posible y para mitigar el alto precio pagado por la comunidad de acogida, cuyos recursos se están agotando con rapidez", afirmó Guterres.
Además, señaló que ACNUR trasladará a algunos de los refugiados a Kakuma, un campamento cerca de la frontera noroeste de Kenia con Sudán y, al mismo tiempo, subrayó que se necesitan más terrenos para desarrollar un nuevo campamento cercano a Dadaab.
Anotó igualmente que se necesita hacer más para apoyar a la comunidad local, que se ha visto afectada de manera adversa por acoger al gran número de refugiados durante largos períodos de tiempo. "Siento que es una obligación moral hacia los refugiados y las comunidades de acogida implantar estos proyectos", afirmó, en referencia a la inversión en proyectos de reforestación, distribución de agua, sanidad y educación para los residentes locales.