Actualizado 23/04/2009 21:11

El TS no admite a trámite un recurso del condenado por matar a su pareja en Calders (Barcelona) en 2006

BARCELONA, 23 Abr. (EUROPA PRESS) -

El Tribunal Supremo (TS) no ha admitido a trámite el recurso contra la condena de 18 años de prisión para un hombre que en marzo de 2006 mató a su novia en Calders (Barcelona) clavándole 23 cuchilladas y simuló que había sida asaltada.

Según la sentencia, el 1 de marzo de 2006 Josep M.S. clavó 23 cuchilladas al cuello y al corazón a su novia María Elena B.A. en el domicilio que compartían.

El agresor simuló un robo en la casa --los accesos no habían sido forzados, no faltaba nada de valor y el perro de la familia fue atado-- y en el juicio dijo que el crimen podía tener relación con el mundo de la prostitución, ya que la mujer era prostituta.

El jurado vio acreditado que la coartada del hombre era falsa, ya que, tras dejar a su hijo en el colegio en Sant Fruitós de Bages, regresó al domicilio, en la urbanización La Guàrdia, sobre las 9 horas, donde estuvo unos 25 minutos, ya que una cámara de videovigilancia captó su salida con el coche y una testigo vio el vehículo.

Un tribunal popular juzga desde hoy en la Audiencia de Barcelona a Josep M.S., de 44 años, por asesinar a María Elena B.A. apuñalándola en reiteradas ocasiones el 1 de marzo de 2006. El procesado, sin embargo, asegura que encontró el cadáver en su domicilio de la urbanización La Guàrdia de Calders y que la casa presentaba signos de haber sido asaltada, por lo que la defensa pide la absolución.

La Fiscalía considera que Josep M.S. es culpable de un delito de asesinato con alevosía y, además de la pena de prisión, solicita una indemnización total de 300.000 euros para la familia de María Elena B.A. Por su parte, la acusación particular, ejercida por los padres de la víctima, reclama que éstos sean indemnizados con 155.200 euros por la pérdida de su hija.

LA CONOCIÓ CUANDO TRABAJABA COMO PROSTITUTA

El acusado aseguró que su relación con la víctima era "excelente" y explicó que se conocieron en 1998 en el club en el que ella trabajaba como prostituta. Pese a que Elena B.A. dejó la profesión cuando empezó a salir con Josep M.S., se veía obligada a hacer algún 'striptease' y a ejercer la prostitución "ocasionalmente" para salir adelante, ya que la pareja atravesaba dificultades económicas.

Pese a todo, según el procesado, Elena B.A. nunca le dijo que pensara abandonarle. "Éramos una familia distinta porque éramos muy abiertos, pero yo creo que éramos muy felices y que los niños también eran muy felices", afirmó el acusado. "Elena era una parte fundamental en mi vida, era mi razón de ser, cuando murió me encontré vacío; ha sido la mujer de mi vida y lo seguirá siendo", añadió.