Actualizado 17/06/2009 17:21

Un vecino del acusado de matar a su pareja en Fuensalida (Toledo) dice que estaba "muy nervioso" días antes

Un sanitario dice que el acusado estaba "como ido y desencajado"


TOLEDO, 17 Jun. (EUROPA PRESS) -

Uno de los vecinos de Antonio Manuel V.P., el hombre acusado de un delito de homicidio cometido contra su pareja, J.M.S.E., y madre de sus tres hijos, en julio de 2007 en Fuensalida (Toledo), aseguró hoy que vio al acusado "muy nervioso" debido a una discusión entre la pareja, que se produjo días antes de que ocurriera el suceso.

En la tercera sesión del juicio con jurado popular que comenzó el lunes en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Toledo, este vecino, que fue el primero en llegar al lugar de los hechos, manifestó que el acusado le había comentado en alguna ocasión que desconfiaba de la fallecida, pese a que no le dio más detalles.

En cuanto a los hechos, relató que cuando llegó al inmueble se encontró a los niños cruzando de un lado a otro de la carretera, por lo que les preguntó dónde de estaba su madre, y estos le respondieron que estaba en la cárcel.

Según el testigo, fue en este momento cuando escuchó que la fallecida decía "¡me están matando, me están matando!", por lo que se dirigió a la casa del acusado donde "aporreó" la puerta, aunque no pudo abrirla. Acto seguido, entregó a los niños a su pareja, que vive en un bloque de pisos situado frente al lugar de los hechos, y le dijo que llamase a la policía.

Este hombre regresó a la casa del acusado donde volvió a "aporrear" la puerta, momento en el cual este le abrió y le dijo que esperase, para momentos después abrir la puerta y decirle "ya puedes pasar, que está todo hecho". Así, entró en el inmueble y cogió a la víctima, que se encontraba en el suelo y al intentar incorporarla se desvaneció.

Acto seguido salió a la calle a buscar ayuda y se dirigió a un centro de salud cercano al lugar, encontrándose una ambulancia en el camino a la que paró para decirle a su conductor que se dirigiese hasta el inmueble del acusado.

NO HA HABIDO COACCIÓN

El testigo, a preguntas de la defensa del acusado, quiso dejar claro que no ha sido coaccionado por ninguna de las partes para declarar en el juicio, y se sumó al dolor tanto de la familia de la fallecida como de la del acusado, ya que "encontrarse esta situación es lo más desagradable que hay", apuntó.

A este respecto, la abogada de la defensa, María Victoria Garnica, explicó, en un receso de la vista, que este testigo se ha encontrado con publicidad en su buzón "relativa a que la familia del acusado le podía estar comprándole, por lo que se ha sentido muy ofendido", argumentó.

En la vista también declaró la vecina que se hizo cargo de los niños --pareja del anterior testigo--, que explicó cómo bañó a los niños y lavó sus ropas porque se encontraban muy acalorados y nerviosos cuando les recogió; que llamó a la policía y que no sabía si los niños se encontraban en la vivienda en el momento que sucedieron los hechos.

Asimismo, indicó que su pareja le había comentado alguna vez que tenía discusiones "que no llegaban a durar dos días", y que el acusado le preguntó en alguna ocasión si cuando él se iba a trabajar entraba alguien en su casa, a lo que ésta le respondió que nunca había visto que nadie entrara en su casa, salvo la mujer y sus hijos.

Por último, señaló que Antonio Manuel V.P. le había dicho alguna vez que pensaba marcharse de su casa con los niños y abandonar a la fallecida, e incluso el día de los hechos vio Antonio Manuel V.P. marcharse en el coche mientras le decía "cuida de mis hijos, que me voy".

HABÍA PERDIDO LOS NERVIOS

Por otra parte, el técnico sanitario de la ambulancia que primero atendió a la fallecida, explicó que cuando entró en la casa se encontró con la víctima en un charco de sangre e intentó ver si tenía las constantes vitales, mientras que el acusado le dijo que si podía hacer algo por ella porque "había perdido los nervios".

Este hombre aseguró que fue él sólo el que arrastró a la víctima hacia el patio del inmueble, en cuyo interior únicamente se encontraba el acusado, que estaba "como ido y desencajado", y que llegó a decirle que la víctima "estaba jodiendo con todo el mundo".