NUEVA YORK 6 Feb. (EUROPA PRESS) -
Los enfrentamientos armados y la inestabilidad en Sudán podrían crecer dramáticamente durante 2009 debido a la lucha que el Gobierno de Jartum y los rebeldes mantienen en la región occidental de Darfur y al posible acusación por crímenes de guerra contra el presidente del país, Omar al Bashir, según indicó ayer el enviado de Naciones Unidas al país africano, Ashraf Jehangir Qazi.
Qazi aseguró ante el Consejo de Seguridad que, "sin exagerar, 2009 puede suponer la ruptura del acuerdo de paz y de las perspectivas de prosperidad para la región". Además, hizo hincapié en la necesidad de demarcar con claridad las fronteras entre Sudán y Sur de Sudán, así como centrarse en el desarme de las milicias.
Durante su intervención, el enviado de la ONU al país más grande de África explicó que el acuerdo de paz que puso fin en 2005 a más de dos décadas de guerra civil, en las que murieron más de dos millones de personas, se encuentra en peligro.
"Las repercusiones humanitarias de una posible recaída en el conflicto en Sudán son, por decirlo de una manera suave, serias", indicó Qazi ante el Consejo de Seguridad.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, expresó en el documento presentado por Qazi su preocupación por las medidas adoptadas por el Gobierno africano ante la posible orden de arresto del Tribunal Penal Internacional contra Al Bashir por crímenes contra la humanidad y genocidio en Darfur.
"Estoy preocupado por las declaraciones de algunos de los miembros del gobierno en las que aseguraban que podrían redefinir sus relaciones con UNMIS (la misión especial de la ONU en Sudán)", señaló.
Qazi quiso hacer hincapié en que la comunidad internacional y los gobernantes de Sudán deberían centrarse en los próximos dos años en hacer de la unidad un reclamo atractivo para los ciudadanos de Sur de Sudán, donde se espera un referéndum independentista en 2011.