Actualizado 21/02/2011 10:45

El escritor ecuatoguineano Juan Tomás Ávila denuncia "presiones" de la Embajada de España durante su huelga de hambre

"Donde se pueden hacer negocios, los Derechos Humanos son un estorbo"


MADRID, 21 Feb. (EUROPA PRESS) -

El escritor ecuatoguineano Juan Tomás Ávila Laurel ha denunciado las "presiones" a que fue sometido por la Embajada de España en Malabo durante la huelga de hambre que inició el pasado 11 de febrero en la capital ecuatoguineana para protestar contra la falta de libertades en Guinea Ecuatorial y que concluyó el pasado viernes en Barcelona.

Durante un mensaje transmitido a las páginas de Internet próximas a la oposición, Juan Tomás Ávila explicó que había decidido declararse en huelga de hambre "sin previo aviso a nadie, ni siquiera a algún partido politico conocido".

La huelga de hambre, prosiguió, comenzó justamente después de escribir una carta al presidente del Congreso de los Diputados, José Bono --quien en esos momentos encabezaba una delegación parlamentaria española en Guinea Ecuatorial--, en la que le solicitaba que hiciera "las gestiones y presiones" necesarias para que se constituyera "un gobierno de transición" que no incluyera a "ningún" miembro del régimen.

El mismo viernes 11 de febrero, a causa de la "incertidumbre", optó por trasladarse de su domicilio a la casa de un compañero de trabajo. Posteriormente, tras descubrir que el dueño de la casa era "un pariente cercano" del presidente del país, Teodoro Obiang Nguema, decidió mudarse a la casa de otro compañero de trabajo para no comprometer a su amigo.

"Ahí estuve un día", hasta que su compañero de trabajo "fue presionado por el embajador de España para que me dejara de alojar, pues eran incompatibles mis críticas a España vertidas a los medios en los días precedentes con la acogida que me brindaba", explicó. Ávila trabajaba para el Centro Cultural Español, financiado por el Gobierno de Madrid.

"Además, no querían un incidente con el Gobierno del general Obiang", añadió. La Embajada, prosiguió el escritor, advirtió a su compañero de que "podía perder el trabajo si persistía en su actitud colaboracionista con la causa".

Posteriormente, tras abandonar ese domicilio, se puso en contacto con el embajador de Estados Unidos, pues, según sus propias palabras, se había ofrecido a ayudarle "en lo que hiciera falta en una llamada anterior". "Pero no cogió el teléfono" y, horas más tarde, pudo saber por una amiga suya que, en opinión del embajador norteamericano, Juan Tomás Ávila "había dicho algo que no debía". "Era excesivamente critico con su país en mis escritos", añadió.

En estas circunstancias, regresó a su casa "muy contrariado por la dura evidencia: donde se pueden hacer negocios, los Derechos Humanos son un estorbo", explicó. "Lo peor fue que mi huelga, una acción pacífica que pedía democracia y libertad, había sido vista con indiferencia por dos países que pregonan la democracia en todo el mundo", agregó.

Posteriormente, el escritor se convenció de que "tenía que salir de Guinea", y, "tras dudarlo", decidió adquirir un billete para el 14 de febrero. "En Malabo, había sido imposible hacer difusión de mi huelga", admitió. Ávila llegó el pasado 21 de febrero a Barcelona procedente de la capital ecuatoguineana y reside en estos momentos en la localidad barcelonesa de Valldoreix, "en casa de una amiga" --según explicó él mismo--, donde hasta este pasado viernes había continuado con su protesta.

Un representante de la formación opositora Convergencia para la Democracia Social (CPDS), Wenceslao Mansogo, declaró el mismo 15 de febrero a Europa Press que la Embajada española en Malabo había tenido "algo que ver" con su salida de Guinea Ecuatorial, ya que "no le gustaba la huelga de hambre, sobre todo teniendo en cuenta que trabajaba para el Centro Cultural Español".

"APENAS CONOCIDO"

El Gobierno de Guinea Ecuatorial afirmó la semana pasada en un comunicado que la huelga de hambre que mantenía Juan Tomás Ávila Laurel era una "puesta de escena" de una persona "apenas conocida" en su país, cuyo objetivo era ganar "popularidad" entre "algunos círculos mediáticos de intereses inconfesados".

El escritor, "apenas conocido" en Guinea Ecuatorial según su Gobierno, es director de la revista de cultura y literatura 'Atanga' en el Centro Cultural Español de Malabo y ha publicado hasta la fecha más de una docena de libros de relato, poesía y ensayo, en su mayoría dedicados a la situación en su país.

También es autor de obras de teatro que se han representado varias veces en Guinea Ecuatorial y ha participado como conferenciante en más de una veintena de universidades extranjeras. Aparte, se han realizado tesis doctorales sobre su obra literaria en universidades del Reino Unido, Italia, España, Estados Unidos y Canadá. La cuenta de Facebook de apoyo al escritor cuenta en estos momentos con más de 2.600 miembros.