Actualizado 07/08/2007 21:08

La lucha contra el analfabetismo se topa en algunas tradiciones africanas con el deber de "no superar al padre"

SANTANDER, 7 Ago. (EUROPA PRESS) -

El secretario general de la Fundación Sur y director del departamento de África, José Julio Martín Sacristán, afirmó hoy en Santander que "aunque el analfabetismo no es hereditario, es difícil romper una tradición de familia analfabeta". Además, el africanista subrayó que a este fenómeno hay que añadir el factor psicológico que se da en algunas tradiciones africanas en las que "el niño no puede superar al padre".

Así lo afirmó en el seminario 'Manos unidas- Objetivos del Milenio: la educación es clave' que desarrolla durante esta semana la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en el que añadió que esta situación crea un "círculo vicioso" de analfabetismo, pobreza y enfermedad, que peligra repetirse "de generación en generación".

Durante su ponencia, el secretario general subrayó que "alfabetización no es educación" y precisó que "aunque en el mundo de hoy, saber leer y escribir es necesario, la alfabetización no debe confundirse con cultura, sabiduría, madurez y educación". En este sentido, Sacristán subrayó que "el problema de la educación no es un asunto de ser culto o inculto".

"En África existe una gran riqueza cultural y una enorme sabiduría transmitidas oralmente de generación en generación" añadió el director. En un contexto tradicional, las personas recibían una educación adecuada a sus necesidades, sin embargo, a medida que otros modelos de sociedad se han introducido en África, adaptarse a ellos "es una auténtica necesidad de la que depende la propia supervivencia", manifestó.

Además, destacó la "importancia primordial" de los medios de comunicación como "agentes de alfabetización" ya que "formar e informar es parte integrante de su razón de ser". En este sentido, consideró necesario "abandonar la imagen negativa y falsa que los medios ofrecen del analfabeto" y "favorecer la formación integral del pueblo".

A su juicio, los medios de comunicación ofrecen "habitualmente" un mensaje ambiguo sobre el tema. Por un lado, "difunden ampliamente las campañas de alfabetización" y por otro, "ridiculizan sistemáticamente al analfabeto". Así, repetidas veces lo tachan de "inculto" y presentan una "imagen infantil" del analfabeto adulto que quiere aprender.

En esta línea, el experto matizó que todo esto se hace "probablemente con buena intención" para "motivar a los adultos a seguir un programa de alfabetización". Sin embargo, "el efecto parece ser el contrario" ya que "se genera falta de seguridad y de confianza en sí mismos".

Para finalizar, Martín Sacristán abogó por impulsar "modelos positivos en materia de educación social" que sirvan de referencia "tanto al Gobierno, como a los analfabetos y a los alfabetizados". Su propuesta consiste en fomentar un modelo que "transforme las ideas erróneas que existen sobre los analfabetos", que "presente modelos positivos de pautas de comportamiento y de proyectos sociales" y que "cambie los prejuicios de la población alfabetizada contra los analfabetos".