MADRID, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -
La televisión australiana Canal 7 se ha embarcado en un viaje a través de la Amazonia brasileña para convertirse en la primera cadena que graba el aislado pueblo indígena Suruaha, cuyos habitantes viven ajenos a lo que es un coche, un teléfono móvil o cualquier otro invento del mundo moderno, en un paraje donde todavía existen 5 millones de hectáreas de selvas desconocidas.
La empresa española CIPÓ Company, dedicada a la concienciación social, ha sido contratada por el Canal 7 de la televisión australiana, para organizar la producción y logística de este complejo viaje a través de la selva, según ha informado la compañía.
El reto no es fácil. Primero es necesario volar en un bimotor de 20 plazas desde Manaos (capital del Estado de Amazonas) hasta la pequeña ciudad de Labrea. En este punto, a orillas del Río Purus, comienzan cinco días de navegación en un barco de madera, que avanzará cada día, durante las 12 horas de luz natural, hasta completar 900 kilómetros y llegar a la base de la Coordinación de indios aislados de la Fundación Nacional del Indio (Funai) del Gobierno de Brasil.
Allí los integrantes del equipo tendrán que permanecer siete días en cuarentena para ser controlados diariamente hasta probar que no tienen ningún virus que pueda afectar la salud de los Suruaha. Este pueblo, debido a su total aislamiento, no posee anticuerpos para la mayoría de enfermedades que el hombre occidental suele sufrir.
Desde la base deberán aún viajar numerosas horas en una lancha y una vez en el acceso terrestre, caminar durante cinco horas hasta la aldea, donde viven los 143 Suruaha que existen en el mundo.
El equipo está formado por tres personas: Daniel Garibotti, director de CIPÓ, que ha vivido 20 años en la Amazonia brasileña, y los australianos Paúl Raffaele, periodista, autor especializado en las últimas tribus desconocidas del planeta, y Tim Noonan, cámara del programa 'Sunday Night'.
UN PUEBLO AISLADO
En pleno siglo XXI, las selvas tropicales esconden todavía pueblos aislados que nunca, en miles de años, han salido al mundo exterior. No saben que existen los coches, la televisión, el teléfono o las calles iluminadas de una ciudad.
"Los Suruaha han transitado por el túnel del tiempo, desde hace miles de años, sin haber perdido su cultura ancestral. Protegerlos es un deber de la humanidad. Ahora, por primera vez, podemos contar al mundo cómo son y cómo viven y lograr que más personas se impliquen en su defensa", afirma Daniel Garibotti, director de la empresa CIPÓ Company y responsable de la producción del documental.
Los Suruaha viven en las Odá, pirámides de paja que superan los 20 metros de altura. Consideran el arco iris una señal que anuncia una futura mordida de serpiente, por eso evitan mirar el firmamento. Los puntos cardinales Norte y Sur son diferentes para los Suruaha, ya que incorporan el arriba y abajo. Creen que cuando son enterrados, el espíritu, que vive en el corazón, viaja hacia donde nace el sol y allí se queda, rodeado de todo lo que necesita.
A los Suruaha, las otras tribus de la región, los identifican como el pueblo del veneno. Con frecuencia, cuando se enfadan, sobre todo los más jóvenes, se suicidan bebiendo el konabá, una bebida hecha con una liana, utilizada habitualmente para pescar, ya que elimina el oxigeno del agua y hace salir los peces a la superficie.
El equipo de la Coordinación General de Indios Aislados de la Funai del Gobierno de Brasil, es responsable de cuidar los límites territoriales de los Suruaha y velar por su integridad. Esta labor les ha permitido mantener esporádicos contactos y conocer algo de una cultura que viene, sin escalas, desde la prehistoria.