Actualizado 12/09/2007 16:59

Caldera rechaza "irregularidades" en la Casa Malva de Gijón y dice que su funcionamiento es "ejemplar"

MADRID/OVIEDO, 12 Sep. (EUROPA PRESS) -

El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, dijo hoy en el Senado que no existen "irregularidades" en el Centro de Atención Integral a Mujeres Víctimas de la Violencia de Género de Gijón (Casa Malva). Añadió que el funcionamiento del establecimiento es "positivo" y "ejemplar".

Caldera respondía así a una pregunta de la presidenta del PP de Gijón y senadora, Pilar Fernández Pardo, acerca de las irregularidades en el centro, después de que algunas residentes hiciesen públicas sus quejas este verano.

Sin embargo, el ministro mostró hoy dos informes con la intención de demostrar que no existían tales "irregularidades" en el centro. Así, se remitió a un informe "firmado por una inspectora del Cuerpo Nacional de Policía", y otro del Instituto Asturiano de la Mujer. "En ninguno de estos documentos se habla de irregularidades, sino todo lo contrario", señaló.

Además, pidió a Pardo que no siga "utilizando" el asunto y mostró en la Cámara el comunicado emitido ayer por 26 organizaciones en las que muestran su apoyo a la Casa Malva.

PARDO PIDE UNA INVESTIGACIÓN

Las explicaciones de Caldera no convencieron a Pardo, quien insistió en que el centro "ha fracasado", dado que el modelo, según señaló, obliga a las residentes a firmar un compromiso de tramitar separación civil y penal, además de verse obligadas a realizar la limpieza del centro, hacer la comida para las trabajadoras del centro, y ser vigiladas a través de cámaras internas.

En este sentido, Pardo pidió al Gobierno una investigación "externa" sobre el asunto y dijo "tender la mano" a Caldera para ofrecerle "colaboración" para mejorar la situación de las mujeres. "Es evidente que usted no conoce la problemática", dijo al Ministro.

La situación del Centro de Atención Integral a Mujeres Víctimas de la Violencia de Género (Casa Malva) de Gijón ha sido protagonista este verano, después de que una serie de mujeres que residían en la misma, decidiesen hacer públicas sus quejas acerca de las normas del centro, con críticas en los medios de comunicación. El caso fue objeto de confrontación política desde el primer momento.