El Gobierno paquistaní pide ayuda a los donantes extranjeros para devolver a sus hogares a los desplazados

ISLAMABAD 21 May. (Reuters/EP) -

El Gobierno de Pakistán pidió hoy a los donantes extranjeros que contribuyan para que cerca de 1,5 millones de desplazados puedan regresar a sus hogares, alertando de que los milicianos podrían aprovechar este posible fracaso para ayudar a los grupos más vulnerables.

"Hay una necesidad urgente de realizar una respuesta global y conjunta a esta cuestión por todos aquellos que están comprometidos a luchar contra el terrorismo", declaró el primer ministro paquistaní, Yusuf Raza Gilani, durante la apertura de una conferencia de donantes en Islamabad.

El Ejército comenzó este mes una ofensiva en el valle del Swat y en los distritos adyacentes para detener la extensión de la insurgencia talibán que ha provocado los temores sobre el futuro de Pakistán.

Naciones Unidas ya ha alertado de la posible crisis humanitaria que continuará a largo plazo y ha pedido ayuda masiva para los desplazados. Tanto los políticos del país como la sociedad en general respaldan la ofensiva, pero el apoyo se evaporará si muere un gran número de civiles o si los desplazados languidecen en la miseria.

Gilani también anotó que la ayuda para los desplazados ayudará a ganar la batalla contra los talibán. "También ayudaría al asegurar que los milicianos no se aprovechan de la vulnerabilidad de los desplazados (...), tenemos que ganar los corazones y las mentes del pueblo", anotó.

Estados Unidos ha aplaudido la resolución de Pakistán de combatir lo que algunos líderes estadounidenses han denominado "amenaza existencial" al país. Washington, que ve Pakistán como vital para sus planes en la derrota de Al Qaeda y para traer estabilidad a Afganistán, ha ofrecido 110 millones de dólares para ayudar a los desplazados.

Cerca de 15.000 miembros de las fuerzas de seguridad se enfrentan a entre 4.000 y 5.000 milicianos en Swat, según cifras del Ejército. Pakistán dice que más de 1.000 milicianos y más de 50 soldados han muerto en el enfrentamiento, aunque no hay confirmación independiente de las bajas. Los periodistas han tenido que abandonar la zona y las comunicaciones con los residentes también han sido cortadas.