Publicado 11/05/2020 08:29

"Haz que sea visible". Por el director general de Cooperación Internacional, Rafael Herraiz

Campaña "Haz que sea visible", de Cooperación Internacional
Campaña "Haz que sea visible", de Cooperación Internacional - COOPERACIÓN INTERNACIONAL

   Javier Gomá en su reciente libro 'Dignidad' (2019) sostiene que la dignidad es el concepto más revolucionario de nuestro siglo y explica cómo su significado ha ido evolucionando de una concepción premoderna, propia solo de los que la merecían, a la actual concepción igualitaria, poseída por todos y siempre.

   Desde Cooperación Internacional estamos promoviendo la campaña 'Haz que sea visible' en defensa de la dignidad humana y de sus "consecuencias": la igualdad, la inclusión, la no discriminación, etc.

   Pero resulta complejo tratar de dignidad, pues es un término polisémico que admite varios significados: todos tenemos la misma dignidad, aunque admitimos que algunos se comportan de forma indigna; existen personas a las que se les ha robado la dignidad; todos tenemos el derecho a una muerte digna.... Todas las afirmaciones anteriores son ciertas y en todas reconocemos un matiz válido del mismo término... aunque con acepciones distintas: atributo de la persona, mérito, deber ser o calidad de vida. En este contexto polisémico, cualquier debate sin matices resulta estéril.

   Entre todos sus significados es el de atributo de la persona --aquél del que parte la Declaración Universal de los Derechos Humanos-- el que fundamenta nuestra campaña y pienso que también la actividad de muchas otras entidades sociales. Sin este cimiento se difumina la razón última del Tercer Sector que corre el riesgo de convertirse en sólo uno más de entre los que forman el tejido económico.

   Es en la dignidad de otros donde se refleja la propia. Ese reflejo nos hace rebelarnos contra la desigualdad, nos mueve a no permanecer indiferentes ante el sufrimiento ajeno, nos invita a respetar a los que piensan de modo distinto, nos suscita el atractivo del perdón* nos impulsa a ser mejores.

   La defensa de la dignidad es patrimonio de todo el Tercer Sector. Cuando la libertad se erige en valor supremo, corre el riesgo de hacernos perder el sentido de orientación, pues ya no existiría nada capaz de condicionar las acciones libres. Esa libertad sin orientación se vacía y vaga ensimismada y sin criterio de un sitio a otro. Por eso, lo primero que identifica a una entidad social son su misión, visión y valores. Ellos orientan su libertad de actuación y la hacen reconocible.

   La dignidad de cada persona fundamenta la defensa de otros valores como la igualdad, la solidaridad, la no discriminación y la inclusión, tan presentes también entre las entidades sociales.

   También en ella cobra su sentido el trabajo por el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que a partir de lo más genérico --el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana-- persiguen lo concreto: el fin de la pobreza, el hambre cero, la educación, la igualdad, etc.

   Cuando la mirada social se vicia afloran costumbres dirigidas a comprender, tolerar o incluso promover la creencia de que la dignidad es propiedad sólo de los que se la han ganado. O de que requiere unas condiciones de nacimiento, genes, condición, orientación sexual, salud... Sus defensores entonces despistan mezclando las acepciones del término -atributo, mérito, calidad de vida- y siembran la confusión. Es el caldo de cultivo de las conductas racistas y xenófobas.

   En este contexto confuso, cargamos además con el deber de ponderar los casos de exclusión o sufrimiento y se nos invita a tolerar soluciones indignas para aquellos para los que no resulta del todo visible la presencia de la dignidad.

   Por el contrario, el reconocimiento de la dignidad humana supone siempre una base firme e irrenunciable para la búsqueda de la libertad, la justicia y la paz (cfr. Preámbulo. Declaración Universal de los Derechos Humanos). Nos jugamos mucho en hacerla siempre visible.