Actualizado 03/07/2007 21:01

Oceana reclama una vez más una reforma de la gestión europea de la pesca para evitar la práctica del descarte

La organización denuncia que las medidas actualmente en vigor son causa de un escandaloso "derroche" de los recursos pesqueros


MADRID, 3 Jul. (EUROPA PRESS) -

La organización de defensa del mar Oceana ha pedido una vez más la prohibición total de los descartes para la flota europea como medida necesaria para la protección de los recursos pesqueros y ecosistemas marinos, que son actualmente "esquilmados" y "derrochados" por causa de este tipo de arte de pesca.

En un comunicado, la organización recuerda que más de 7,3 millones de toneladas de pescado se tiran anualmente por la borda cada año. Esta cantidad representa un 8% del total mundial de las capturas.

Con esta práctica, conocida como 'descarte', se desecha aquella fracción de las capturas que carece de interés comercial o bien que infringe alguna norma actualmente en vigor.

Las capturas accidentales de especies no objetivas o no comerciales, las que exceden la cuota o son ejemplares inmaduros, o simplemente la voluntad de alcanzar un precio más elevado para el producto en el mercado son algunas de las causas que hacen de los 'descartes' una práctica muy extendida.

"Los 'descartes' no sólo constituyen un derroche de los recursos pesqueros, sino que además suponen un problema añadido a la sobreexplotación de los recursos, ya que no permiten una correcta evaluación del estado real de los stocks", explican desde Oceana.

Los científicos no reciben información sobre lo que realmente se está extrayendo del mar, y por ello, los modelos que aplican para evaluar el estado de las pesquerías dan resultados erróneos o poco fiables. Además, los 'descartes' "provocan alteraciones en el ecosistema y comprometen la futura supervivencia de las poblaciones de peces", recalca la ONG.

Oceana reclama por ello "la prohibición total" de esta práctica para la flota de la Unión Europea. Como ejemplo, países como Noruega o Islandia ya han incorporado esta medida a su legislación.

ACABAR CON ELLO, UNA PRIORIDAD.

Para la Comisión Europea minimizar los descartes constituye una prioridad en materia de gestión de pesquerías. Por ello en los próximos días la Comisión hará pública una Comunicación que marcará las pautas a seguir en los próximos años para la eliminación de esta práctica en la flota comunitaria, recuerda Oceana.

En palabras del director de Investigación de Oceana para Europa, Ricardo Aguilar, "esperemos que la dirección emprendida por la Comisión sea la correcta y no se limite a medidas superficiales o cosméticas que den lugar a nuevos resquicios legales para mantener esa práctica".

Una de las principales causas de los descartes es el sistema de Total Admisible de Capturas (TAC) o sistema de cuotas utilizado en la Unión Europea, que hacen que si una embarcación supera la cuota asignada, la única alternativa de la que disponga sea la del descarte de una parte de las capturas. Se estima que uno de cada seis kilos de pescado capturado es devuelto al mar en la Unión Europea.

Otra causa frecuente de descartes es la captura de individuos de talla inferior a la permitida por las Tallas Mínimas de Desembarco utilizadas en la actualidad. La utilización de artes de pesca poco selectivos provoca la captura ilegal de inmaduros que no pueden ser descargados en puerto y, en muchos casos, tampoco comercializados, por lo tanto son descartados, mermando así los stocks y "sin aportar ningún beneficio económico".

"Una prohibición total de los descartes para la flota europea haría de los pescadores los primeros interesados en disminuir las capturas accidentales, poniendo los medios necesarios para incrementar la selectividad de sus artes de pesca", considera Oceana, que confía en que el proceso que emprenda la Comisión Europea "imponga con la mayor brevedad medidas enfocadas a minimizar esta práctica y que estas se adapten a la realidad de la situación".

Oceana (www.oceana.org) es una organización internacional que trabaja para proteger y recuperar los océanos del mundo. En sus filas cuenta con científicos marinos, economistas, abogados y otros colaboradores. Cuenta con oficinas en Madrid, Bruselas Washington DC, Alaska, Los Angeles y Santiago (Chile), y más de 300.000 colaboradores y ciberactivistas en 150 países.