SEVILLA, 27 May. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Ingenieros Técnicos Industriales y de Grado (Caciti), Domingo Villero, va a instar a la Junta de Andalucía a aplicar en las oposiciones a funcionario público la doctrina que emana de la reciente sentencia del Tribunal Supremo, que ha dado la razón a un ingeniero técnico industrial navarro en su reclamación para obtener el nivel A1 (el máximo al que se puede acceder por oposición en la Administración pública autonómica) tras ganar su plaza en el concurso.
De esta forma, los ingenieros técnicos industriales podrán ocupar plaza de ingeniero industrial en la Administración, según el Alto Tribunal y podrán obtener el máximo nivel como funcionarios públicos.
Según ha indicado el Colegio en una nota, este reconocimiento equipara de hecho el nivel del puesto en la Administración al de los ingenieros industriales. El Tribunal Supremo ha aplicado en este caso el Estatuto Básico del Empleado Público y las directrices marcadas por el Espacio Europeo de Educación Superior, que reformó el sistema universitario español.
La decisión del TS "rompe el esquema tradicional y abre las puertas al requerimiento de otras capacidades y competencias que son objeto de oposición". De este modo, valoran que "queda definida la titulación de graduado como la que se puede exigir para optar al grupo A (A1 o A2) de la Administración pública, siempre que no haya una ley que exija una titulación diferente, debidamente justificada".
Ha precisado que "hasta la fecha, en la mayoría de los casos, las administraciones públicas estaban optando por exigir las titulaciones previas a la puesta en marcha del Plan Bolonia, situación que estaba marginando a los nuevos titulados de grado surgidos de las universidades españolas tras la aprobación de este sistema europeo en España".
Domingo Villero considera que los tribunales "vienen a respaldar el trabajo realizado por los colegios de ingenieros técnicos industriales durante años, que se fundamenta en la reclamación de que las administraciones públicas se adapten a la lógica evolución de los tiempos".
"Vivimos en el siglo XXI, un tiempo en el que tenemos que estar preparados para poner en el mercado y en las instituciones públicas a los profesionales más preparados dentro de su especialidad académica", dijo. "En estos tiempos nadie entiende que permanezcan nichos de marginación" añadió.
Villero recordó la importancia de la formación continua como el verdadero campo de adquisición de los conocimientos y las competencias necesarios para adquirir el adecuado nivel de atribución profesional en cualquier especialidad. "En la era del crecimiento exponencial de la tecnología uno no es ingeniero porque estudiase una carrera hace 20 años, sino porque está formándose permanentemente, se mantiene al tanto de las innovaciones y es capaz de aplicarlas en su trabajo", ha apuntado Villero.
