Actualizado 26/11/2009 13:48

Representantes de 50 ONG se concentran con trajes de presidiario a las puertas del Congreso contra la Ley de Extranjería


MADRID, 26 Nov. (EUROPA PRESS) -

Un grupo de personas en representación de medio centenar de ONG y asociaciones se concentraron hoy a las puertas del Congreso portando pancartas y ataviados con monos de color naranja como los que visten los prisioneros de la cárcel de Guantánamo para protestar por la reforma de la Ley de Extranjería que se aprobará a lo largo de la mañana.

Estas organizaciones, entre las que se encuentran el Consejo de la Juventud de España (CJE), la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) la Asociación Pro-Derechos Humanos de España (APDHE) y SOS Racismo, leyeron una carta conjunta dirigida a los diputados en la que se define la reforma como "una apuesta por el control policial y por crear instrimentos que legitimen las políticas de restricción de derechos".

En declaraciones a los medios, la portavoz del grupo, Alexia Angeline, explicó su desacuerdo con la ampliación a 60 días del plazo máximo que un extranjero puede estar privado de libertad en un Centro de Internamiento (CIE) mientras se tramita su expulsión del territorio nacional, lo que juicio de estos colectivos es "inadmisible".

El mismo calificativo utilizó para el tratamiento que da a la violencia de género la nueva ley. En su opinión "es intolerable" que la policía abra expediente de expulsión a las víctimas en situación irregular que acudan a denunciar aunque este no vaya a ejecutarse, porque, en su opinión, la simple incoación "desincentiva la denuncia".

Angeline criticó también la restricción de la reagrupación familiar al cónyuge o análogo e hijos menores, previsión normativa que consideró "absolutamente injustificable" porque lesiona gravemente el derecho a la vida en familia y la vida privada y se perjudica a las familias", tanto las que están en los países de origen como las que están ya en España.

La protesta se desarrolló sin incidentes y se prolongó durante algo más de 40 minutos, cuando los manifestantes se disolvieron entre gritos de "no a los centros de internamiento" o "ninguna persona es ilegal".