Actualizado 28/08/2018 11:34

El verano de los jóvenes que luchan por un mundo mejor. Por Laura Gascón, voluntaria de Manos Unidas

Campamento Sostenible para Jóvenes de Manos Unidas
Campamento Sostenible para Jóvenes de Manos Unidas - MARTA ISABEL GONZÁLEZ/MANOS UNIDAS

   MADRID, 27 Ago. (EUROPA PRESS) -

   Durante todo el año estamos pensando en los planes que llevaremos a cabo durante el verano, esa etapa de tardes infinitas que se enlazan con la noche, momentos para compartir con amigos, terrazas que se convierten en una extensión de la casa y el buen tiempo que invita a la que estemos más en la calle o en la naturaleza.

   Los jóvenes de Manos Unidas estamos implicados en la lucha contra la pobreza y el hambre y contra el cambio climático y sus peores consecuencias y también tenemos un gran interés en difundir a cualquier persona de buena voluntad las enseñanzas de la encíclica más ecológica y sostenible de todos los tiempos, la 'Laudato si' del Papa Francisco.

   Por todo esto, decidimos enmarcar dentro de este momento del año una cita nueva, un Campamento Sostenible para Jóvenes en Mas de Noguera, Caudiel, Castellón. El lugar era ideal para hacer de la vivencia un aprendizaje de vida: Una masía en mitad de la naturaleza que solo utiliza energías renovables, reutiliza sus residuos en los campos de cultivo o los animales, lo que no puede reutilizar lo recicla, y depura el agua de la finca.

Campamento Sostenible Manos Unidas

Foto: Marta Isabel González/Manos Unidas

   Allí nos juntamos unos treinta jóvenes, entre los que estábamos diez organizadores del evento para llenar de contenidos lo que sería una de las experiencias más intensas de este verano. En sólo cuatro días, hicimos multitud de actividades y creamos charlas y debates para conocer mejor a la entidad que nos había reunido allí y los principios de la 'Laudato si' que inspiraban el encuentro.

   Además, contamos con la presencia de un miembro de CIDSE, la red internacional de ONG católicas por el desarrollo, a la que pertenece Manos Unidas, que se desplazó desde Bruselas para participar en la actividad y poner de relieve la proyección internacional de la actividad y de la importancia que tiene para nuestro planeta, lograr cambiar un poco y llegar a tener un estilo de vida más sencillo y sostenible.

   Al principio, la mayoría éramos unos desconocidos, pero nos unía la preocupación por el cambio climático y los efectos que tiene en el Planeta afectando, especialmente, a los más pobres y desfavorecidos. Después, comenzamos a comentar cuáles eran nuestras expectativas y fuimos compartiendo más cosas.

   Hubo momentos para compartir, en especial las experiencias de nuestro día a día para mitigar este cambio, como llevar una cantimplora para evitar el plástico, reciclar el aceite usado en jabón, llevar nuestras bolsas al supermercado o donar los tapones de plástico para personas con enfermedades raras.

   Nos embadurnamos las manos haciendo pastas y pan en un horno moruno, ascendimos a una montaña para descubrir la inmensidad del paisaje y la preciosidad de la Cueva de Cerdaña por dentro, así como la fuerza del grupo cuando está unido para apoyar y animar al compañero cuando el camino se hace complicado. Vimos las estrellas en una noche despejada, donde ya se anunciaban las perseidas de agosto, aunque estábamos en julio, y reímos adivinando canciones.

Campamento Sostenible Manos Unidas

Foto: Marta Isabel González/Manos Unidas

   De esta primera experiencia del campamento sostenible de Manos Unidas surgió el Decálogo Sostenible de los Jóvenes de Manos Unidas que todos los participantes suscribimos y nos comprometimos a difundirlo en nuestros lugares de estudio y trabajo, además de estar presente en las sedes de Manos Unidas y en la CIDSE. Lo separamos por ámbitos de acción, es decir, nuestros compromisos a nivel familiar, amigos, estudios o trabajo y en Manos Unidas.

   Queremos dar ejemplo y animar a más personas para que tengan una vida más sostenible, apoyando acciones que visibilicen y puedan ser ejemplo para otros a la hora de abrazar un estilo de vida en donde se haga un uso más racional de los recursos y la energía.

   Pero esta historia no se termina aquí. Seguimos en contacto compartiendo eventos en los que estamos participando para influir en entidades, como ha sido el caso de nuestra compañera de Canarias, que propuso en su universidad que se admita la entrega de trabajos en PDF para evitar el consumo de papel.

   No puedo negar que esta experiencia ha sido de lo más nutrido de este verano, donde se han unido mis inquietudes: vivir en la naturaleza, conocer gente estupenda, más joven que yo, que cree en la posibilidad de un mundo más sano, donde se normalicen estilos de vida, que en otro momento se vieron como alternativos, pero que ahora han venido para quedarse.

   Esta ha sido la primera edición, pero todos los participantes se quedaron con ganas de más. De hecho, este campamento viene de otro que se hizo en Casa Velha en Portugal con CIDSE. Algunos de los chicos ya dijeron que esperaban que repitiéramos o que se lanzarían a organizar otro en sus delegaciones.

   Lo importante es que mantengamos viva esta llama que se ha prendido y haya más jóvenes que conozcan el impacto que tiene su estilo de vida. Esto es una llamada para todos al margen de cualquier distinción, incluyendo el credo.

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