Foto: REUTERS
MADRID, 22 Ago. (EUROPA PRESS) -
Cáritas Irak ha pedido este viernes a la comunidad internacional que frene la violencia y el terrorismo en este país, en el que han huido de sus hogares más de un millón de personas a medida que los musulmanes extremistas sunitas del autodenominado Estado Islámico (IS) han ocupado áreas enteras de la región.
Según indica esta organización en un comunicado, "muchos" de los que han escapado son cristianos, yazidíes y musulmanes chiítas, comunidades especialmente señalados por los ataques yihadistas.
El director ejecutivo de Cáritas Irak, Nabil Nissan, ha hecho un llamamiento para que se "ataje cuanto antes la violencia" y para alertar de que los desplazados están "desesperados y frustrados", pues, según ha indicado, "piensan que el mundo no se está movilizando con la suficiente rapidez para poner fin a esta tragedia humana".
"Miles de familias viven en la aire libre en parques, en edificios sin terminar, en iglesias o en escuelas. Tienen que soportar las altas temperaturas del verano y carecen de recursos. Su necesidad más urgente es un refugio", asegura Nissan.
Asimismo, subraya la necesidad de que todo el mundo actúe junto con el Gobierno y el pueblo de Irak y las organizaciones internacionales "para adoptar una postura firme contra esta catástrofe". "Es una crisis donde la característica dominante es una violencia que quiere convertirlo todo en una selva", alerta.
La ONG está proporcionando alimentos, atención sanitaria y ayuda de primera necesidad a 7.000 familias y trabajando con las parroquias para poder llegar a los desplazados en lugares como en Ain Kawa, Zakho, Dohuk y las aldeas circundantes.
Sin embargo, el conflicto ha provocado al cierre de los centros de Cáritas en Qaraqosh, Bartilla y Alqosh, aunque que muchos de los empleados de esta organización local están ahora en Erbil, donde llevan a cabo la distribución de ayuda de emergencia a los desplazados que se han instalado de manera temporal en iglesias y otros centros de acogida.
La red Cáritas ha comenzado a proveer asistencia en Dohuk y Zajo, cerca de las fronteras con Turquía y Siria, donde se han asentado cientos de miles de personas pertenecientes a las comunidades cristianas y yasidíes.
