TOLEDO, 27 Abr. (EUROPA PRESS) -
El consejero de Salud y Bienestar Social, Fernando Lamata, y el presidente de la Fundación ONCE para la Atención de Personas con Sordoceguera (FOAPS), Xavier Grau, han suscrito este miércoles en Toledo un protocolo de colaboración para trabajar de cara a "mejorar la calidad de vida" de los sordociegos en la región, así como posibilitar "su integración socio-laboral, desarrollo personal y autonomía".
Según ha indicado la Junta en nota de prensa, este acuerdo tiene una vigencia indefinida y consolida las líneas de actuación emprendidas por el Gobierno regional para la eliminación de barreras físicas y de comunicación dentro de los programas de mediación socio-educativa e intermediación laboral en los que se que incluye, entre otros servicios, la atención educativa, rehabilitación integral y apoyo al empleo.
Así, el convenio suscrito compromete a las partes en la promoción de diversas actividades de divulgación y sensibilización social sobre las necesidades de este colectivo, y en el desarrollo de un servicio de intermediación laboral y el servicio de guía-interpretación para las personas con sordoceguera.
También se valorará la viabilidad de la puesta en marcha de una vivienda con apoyo para la promoción de la vida autónoma de estas personas de acuerdo con los resultados obtenidos en el desarrollo de otros programas o servicios.
Por otro lado, ambas instituciones colaborarán en la elaboración de normativas relacionados con la atención al colectivo, así como en la detección y valoración de necesidades de apoyo para la vida independiente, la inclusión social y el acceso al empleo de las personas sordociegas de Castilla-La Mancha.
A esto hay que añadir el fomento de programas específicos para la mejora de la calidad de vida y "el reconocimiento como ciudadanos de pleno derecho de este colectivo", según la Junta.
49 AFECTADOS EN CASTILLA-LA MANCHA
Según los datos de afiliación de la ONCE, en Castilla-La Mancha hay registrados 49 afiliados con sordoceguera, de los que 27 tienen entre 16 y 60 años, 18 cuentan con más de 60, y cuatro son menores de 16.
Un colectivo considerado "como una de las discapacidades más severas", según ha señalado Fernando Lamata durante la firma, indicando que "para atender a estos colectivos, como es el caso de las personas con sordoceguera", se requiere la ayuda de "toda la sociedad" para que las actuaciones que se emprendan "sean lo más operativas y eficaces posibles".
En este sentido, ha valorado el protocolo suscrito porque "abre nuevas vías para consolidar el trabajo que se viene desarrollando en los últimos años" para conseguir "que las prestaciones sociales ordinarias puedan llegar a un colectivo cuyo principal 'handicap' está en las dificultades de comunicación".
Por su parte, el responsable de FOAPS ha subrayado la trascendencia de este acuerdo, "fruto del camino de colaboración mutua recorrido hasta ahora y que supone una hoja de ruta para seguir avanzando en la atención a las personas con sordoceguera".
