El Ministerio de Exteriores insiste en acusar a los separatistas uigures de los sucesos en Xinjiang

protestas en china
Reuters
Europa Press Sociedad
Actualizado: martes, 7 julio 2009 18:21

PEKIN 7 Jul. (EUROPA PRESS) -

El Gobierno chino insiste en su acusación de que los separatistas del Congreso Mundial Uigur (WUC, por sus siglas en inglés) y su líder, Rebiya Kadeer, están detrás de la organización de los violentos disturbios registrados el domingo por la noche en la capital de la provincia de Xinjiang, en el noroeste del país, y rechazó que se tratara de una manifestación pacífica como afirma esta organización.

"Cualquiera que califique la violencia de protesta pacífica está convirtiendo lo negro en blanco en un intento por engañar a la opinión pública", afirmó el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Qin Gang, en rueda de prensa recogida por la agencia oficial Xinhua. Según el portavoz, lo que ocurrió fueron "asesinatos malvados, incendios premeditados y saqueos".

Qin respondía así a las afirmaciones realizadas ayer por el WUC y por su líder, que aseguró que jóvenes uigures llevaron a cabo una "protesta pacífica" en Urumqi, la capital provincial, a la que las fuerzas del orden chinas respondieron con una "represión brutal". Según el último balance oficial, más de 150 personas han muerto y otras mil han resultado heridas.

Ayer, según Xinhua, la Policía de Xinjiang dijo tener pruebas de que el Congreso Mundial Uigur y Rebiya Kadeer habían orquestado los disturbios. Kadeer, empresaria uigur, fue detenida en 1999 acusada de perjudicar a la seguridad nacional y fue puesta en libertad bajo fianza en marzo de 2005 para que pudiera recibir tratamiento en Estados Unidos, donde actualmente vive exiliada.

Según Qin, "Rebiya Kadeer también está implicada en serios delitos económicos". Sin embargo, afirmó, el Gobierno chino, por motivos humanitarios, le permitió permanecer fuera de custodia y recibir tratamiento médico y ella había prometido que no intervendría en a que pusieran en peligro la seguridad del país antes de abandonarlo.

Por otra parte, el portavoz defendió la transparencia en la cobertura de los últimos acontecimientos en Xinjiang, subrayando que unos 60 periodistas extranjeros se encuentran en la región tras los disturbios en un viaje informativo organizado por la Oficina de Información del Consejo de Estado (el Gobierno chino).

"China adopta un principio abierto y transparente sobre la divulgación de noticias y ofrece ayuda activa y facilidades a los periodistas extranjeros y chinos para cubrir las noticias en Xinjiang", aseguró Qin, que sin embargo recordó a los reporteros que deben acatar las leyes y normas chinas y preocuparse de su propia seguridad.

Por último, condenó los ataques contra sus misiones en Países Bajos y Alemania y pidió a los gobiernos de los dos países que "adopten medidas para garantizar la seguridad de las misiones diplomáticas e instituciones chinas así como la seguridad y dignidad de los diplomáticos chinos".

Qin confirmó que la Embajada en Países Bajos fue atacada ayer por unos 150 separatistas de 'Turkestán Este', nombre que dan los uigures al Estado independiente al que aspiran. Asimismo, el consulado en Munich también fue atacado ayer con artefactos incendiarios por dos jóvenes no identificados.

MÁS DE MIL HERIDOS

Las autoridades de la región autónoma china de Xinjiang, en el noroeste del país, amenazaron con un aplicar un "castigo severo" a los responsables de las violentas protestas que desde el domingo han provocado 156 muertos y más de 1.000 heridos.

Li Zhi, líder del Partido Comunista de China (PCCh) en Urumqi, la capital de Xinjiang, consideró que esta cifra de víctimas hace que los sucesos del pasado domingo sean "los disturbios más mortíferos desde que la Nueva China fue fundada en 1949".

En este sentido, la agencia oficial Xinhua remarca esta afirmación asegurando que el balance de los disturbios en los que se han visto implicados ciudadanos de las etnias uigur y han constituyen "el mayor número de víctimas en un solo incidente de este tipo en seis décadas".

"Los manifestantes violaron las leyes e hirieron los intereses fundamentales de todos los grupos étnicos chinos", manifestó Li. La Policía ha arrestado a 1.434 personas, a las que acusa de asesinatos, palizas, saqueos e incendios.

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