ROMA, 18 Nov. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Gloria Moreno) -
Tanto los representantes de las Naciones Unidas como las ONG lamentaron la ausencia de los líderes de las principales economías del mundo en la Cumbre sobre Seguridad Alimentaria celebrada hasta este miércoles en Roma, lo cual debilita todavía más la batalla contra el hambre.
A excepción de Silvio Berluconi, los mandatarios de los países más ricos del mundo brillaron por su ausencia a pesar de la gravedad de la situación del hambre, que, según los últimos datos divulgados por la Organización para la Agricultura y la Alimentación de Naciones Unidas (FAO), afecta a más de 1.000 millones de personas.
"Habría deseado que todos los países presentes hubieran estado representados por sus líderes", expresó el director general de la FAO, Jacques Diouf, quien admitió que sin ellos la discusión se ha tenido que limitar a un nivel "técnico.
Por su parte, la ONG Oxfam International consideró que la ausencia de los ricos "ha mandado un mensaje de desconfianza" a todos aquellos que luchan para erradicar la desnutrición en el mundo. Con todo, "la respuesta de los gobiernos reunidos en la FAO no es adecuada al problema del hambre", concluyó la organización humanitaria.
FALTA DE CONCRECIÓN
Otro de los puntos que ha sido criticado tanto por los organizadores como por las ONG es la falta de concreción con que fue formulada la declaración conjunta. En ella, los alrededor de 200 países presentes se comprometieron a redoblar sus esfuerzos para acabar con esta tragedia y alcanzar así en 2015 el primero de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, pero sin poner cifras sobre la mesa.
Aun con todo, Diouf se dijo convencido de que "juntos podemos erradicar el hambre del planeta", aunque para ello es necesario "pasar de las palabras a los hechos" lo antes posible, ya que "los pobres y hambrientos no pueden esperar más".
Por su parte, los expertos del Programa Mundial de Alimentos (PAM) aseguraron que para salir al paso de la emergencia, sólo en África oriental serán necesarios 1.000 millones de dólares. Los países donde la ayuda se hace cada vez más urgente son Sudán, Somalia, Kenia, Eritrea, Uganda, Yibuti y Tanzania.
En los tres días que ha durado la cumbre también se ha denunciado el creciente fenómeno de la "apropiación de tierras" que algunos gobiernos e inversores extranjeros están llevando a cabo en los países más pobres a raíz de la crisis financiera global. En menos de un año, habrían sido usurpadas más de 40 millones de hectáreas en África, Asia, América Latina y Europa del Este.
QUEJAS DE ZIMBABUE Y CUBA
La Cumbre contó con la presencia de alrededor de 60 jefes de Estado y de Gobierno, la gran mayoría de ellos procedentes de países en vías de desarrollo. Entre ellos destacó la intervención del presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, quien reclamó el cese de las "las "sanciones ilegales e inhumanas" que Occidente ha impuesto a su país.
El ministro de Agricultura y vicepresidente del Consejo de Ministros de Cuba, Ulises Rosales del Toro, también denunció una vez más el "bloqueo" que Estados Unidos impone a su país ya que "el uso de los alimentos como instrumento de presión es política y éticamente inaceptable", resaltó.
A pesar de las ausencias y de la falta de concreción en la asunción de compromisos, Diouf aplaudió, en cambio, la presencia del Papa Benedicto XVI, quien el lunes, en su discurso inaugural definió el hambre como "el signo más cruel y concreto de la pobreza" y lanzó un llamamiento contra "la opulencia y el derroche".
