Actualizado 05/04/2011 16:08

La CAM ayuda a los enfermos mentales del centro penitenciario de Picassent (Valencia) a reinsertarse

Curso de la CAM en Picassent
CAM

VALENCIA, 5 Abr. (EUROPA PRESS) -

Obra Social CAM colabora junto con la fundación Ambit en un curso de psicoeducación para enfermos mentales crónicos en el centro penitenciario de Picassent (Valencia), donde dos psicólogas especializadas, dos días por semana y a lo largo de 67 sesiones, consiguen que los enfermos, poco a poco, sean conscientes de su patología, mejoren su relación entre ellos y con el entorno, según ha informado la entidad en un comunicado.

Purificación Argente, subdirectora de tratamiento, ha destacado que las consecuencias de este trabajo "son inmediatas, tanto en el enfermo como en los demás, porque le ayuda en el módulo, en sus relaciones, en sus habilidades sociales y personales en su vida".

El curso que desarrollan CAM y Ambit "se enmarca dentro del plan de intervención con enfermos mentales que establece la secretaría general. Lo más relevante es que se trabaja de forma específica tanto la conciencia de la enfermedad, los hábitos de vida diaria, la mejora de habilidades y, en definitiva, la autoestima del enfermo".

Al entrar en el módulo, tras atravesar varias salas y varios controles de seguridad, se encuentran diversas aulas con vistas a un patio, en las que los grupos de internos pintan o, por ejemplo, hacen "deberes" en sus cuadernos. Según la entidad, la mayoría de enfermos,a demás de sufrir esquizofrenia, tienen "la necesidad imperiosa de sentir que alguien se preocupa por ellos, que les entiende y, aunque parezca ficción, la mayoría asegura que es la primera vez que se sienten como en una familia".

Las psicólogas han realizado varias dinámicas de grupo iniciales que fomentan la cohesión de grupo para que "aprendan a tener una red de apoyos en el día a día, que se apoyen entre ellos y pongan en marcha las estregias aprendidas y se ayuden a prevenir recaídas en su enfermedad".

"Llegan en condiciones de bastante confusión y acaban de ingresar en prisión y no habían recibido tratamiento, no se les controlaba la medicación, muchos no habían tenido afecto, por lo que trabajamos también el respeto y la estima, aprenden a quererse y a querer", han explicado.

Según las especialistas, "es muy importante que tengan paciencia, que se respeten a sí mismos, que se quieran y que sepan que tienen derecho a no hacerse daño. Es entonces cuando es más probable que no dañen a los demás y que aprendan a ir más despacio, a encauzar, a respetar, a ser conscientes de su enfermedad".

Como ejemplo, está el caso de Sergio, que lleva en la cárcel 37 meses y ayuda a sus compañeros a entender que estar en prisión "no tiene que ser un tiempo muerto, sino que pueden aprovecharlo, por ejemplo, para estudiar". "Dicen que la cárcel te empeora, pero aquí tenemos cosas que aportar a la sociedad y tenemos otra oportunidad", ha señalado, para añadir que en el programa "nos enseñan a respetarnos, a ser como una familia todos nosotros y que el respeto es lo más importante".

Las psicólogas afirman que intentan que los reclusos aprendan "manejo de habilidades sociales, de autoconocimiento, de autocontrol, de manejo de emociones, procuramos que sea un espacio abierto para comentarios de lo que les está ocurriendo".