MADRID, 8 Jul. (EUROPA PRESS) -
Bridgestone, junto con la Fundación FIA está llevando a cabo por todo el mundo una campaña en favor de la conducción segura bajo el lema 'Antes de Conducir Piensa'. Dentro de esta iniciativa, la compañía ha realizado más de 100.000 inspecciones gratuitas de neumáticos en Europa desde 2005.
El 26 por ciento los automovilistas europeos conducen habitualmente con la presión de los neumáticos por debajo de lo recomendado y el 10,3 por ciento tiene los neumáticos más desgastados de lo que se exige por ley, según estudios de Bridgestone.
En un comunicado, la compañía recuerda, de cara a las vacaciones de verano, que coger un coche con los neumáticos en estas condiciones supone "un grave riesgo para la seguridad", además de un prejuicio para el medio ambiente y para "el bolsillo" del conductor, ya que aumenta el consumo de gasolina.
Así, calcula que los coches que circulan con las ruedas poco infladas gastan más combustible del que necesitan, equivalente a 3.900 millones de litros extra de combustible cada año, por valor de 5.100 millones de euros. Además, emiten 9,2 millones de toneladas de C02 extras a la atmósfera.
Asimismo, unos neumáticos con la presión baja provocan una disminución del control de conducción, incrementando la deriva del vehículo, y disminuyendo la durabilidad del neumático, debido al estrés y a la acumulación de calor que sufre el lateral del neumático.
Esta situación puede verse empeorada en verano debido a que en vacaciones aumenta la carga de equipajes y pasajeros o se utilizan caravanas o remolques que añaden "peligros potenciales" cuando se lleva los neumáticos en un mal estado.
Por otro lado, Bridgestone señala que conducir con los neumáticos más desgatados de lo permitido tiene "peligrosas consecuencias", ya que provocan "una grave pérdida de agarre con la superficie mojada y el riesgo de pinchazo se incrementa notablemente a la velocidad media a la que se conduce en autopista".
En este sentido, un reportaje reciente de 'Touring Mobilis' constató que los pinchazos aumentaron un 30 por ciento en 2008, respecto al mismo periodo en 2006 debido a que, como consecuencia de la crisis económica, los conductores han aplazado la compra de neumáticos nuevos y conducen durante más tiempo con los neumáticos excesivamente desgastados.
