MADRID, 21 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Policía turca y refugiados kurdos han protagonizado enfrentamientos en la frontera entre Turquía y Siria, abierta desde hace dos días para permitir la entrada de más de 70.000 refugiados kurdos que escapan del avance del Estado Islámico en el norte de Siria.
Los refugiados sospechan de una alianza entre Turquía y el Estado Islámico después de que el Gobierno de Ankara se negara a participar en el acuerdo alcanzado en Yedá (Arabia Saudí) a principios de mes por el que los países de la región se comprometían con la iniciativa estadounidense para detener a Estado Islámico.
La negativa turca a participar en la operaciones militares contra la organización yihadista ha sido interpretada por grupos como el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) --con el que Ankara está envuelta en un proceso de paz-- como una colaboración tácita del Gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan.
La agencia de noticias kurda Amed ha informado de que el Ejército turco ha disparado gases lacrimógenos contra los manifestantes y que un niño de 13 años habría resultado herido por disparos de los militares, aunque este punto todavía no ha podido ser verificado.
Por otro lado, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), ha anunciado este domingo su intención de potenciar sus operaciones en la frontera para ayudar a Turquía a lidiar con los desplazados sirios.
La organización ha comprometido mantas, sacos de dormir y cocinas portátiles que se sumarán a los 20 camiones repletos de ayuda ya repartida entre los refugiados, mientras Turquía prosigue con el levantamiento de dos campamentos adicionales para proteger a los sirios.
