Zoido resalta la colaboración con Marruecos para la "neutralización" de la amenaza de Daesh tras las últimas detenciones

Juan Ignacio Zoido
Europa Press/Archivo
Actualizado: martes, 5 diciembre 2017 13:30

ALGECIRAS (CÁDIZ), 5 Dic. (EUROPA PRESS) -

El ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, ha destacado la "excelente colaboración" entre España y Marruecos en materia de lucha contra el terrorismo porque esta colaboración ha permitido este martes la "neutralización" de una "peligrosa amenaza que afectaba a ambos países", tras las últimas detenciones de cuatro personas este martes. "Esto demuestra que juntos somos más fuertes contra el terrorismo yihadista", ha añadido, al tiempo que ha insistido en que este martes ha tenido lugar una "magnífica operación".

Desde que se activó el nivel de alerta cuatro en España por la amenaza yihadista, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han detenido a 214 personas por pertenencia a Daesh en operaciones realizadas tanto en España como en el extranjero y, desde principios del año 2015 se han detenido en total 262 terroristas, según los datos ofrecidos por Zoido.

La Policía Nacional, en una operación conjunta con la Dirección General de la Vigilancia del Territorio de Marruecos (DGST), ha detenido este martes a cuatro personas por presunta pertenencia al grupo terrorista Estado Islámico (EI o Daesh). Las detenciones se han llevado a cabo de manera simultánea en Parla (Madrid), donde han detenido a una personal, en Figueras (Girona) donde dos han sido los detenidos y en Tánjer (Marruecos) donde se ha detenido a uno.

Agentes de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional han detenido este martes a cuatro personas, tres de ellas en España, por su pertenencia a la organización terrorista Estado Islámico. El dispositivo se ha desarrollado de forma simultánea en Tánger (Marruecos) y en las localidades de Figueres (Girona) y Parla (Madrid), donde se han practicado varios registros domiciliarios.

Según ha informado el Ministerio del Interior en un comunicado, los arrestados eran objetivos claves de la lucha antiterrorista por difundir material yihadista de corte radical en Internet e incitar de manera directa a la comisión de atentados en España. Todos instrumentalizaban sus perfiles en redes sociales para desarrollar la labor del aparato propagandístico de la organización terrorista en España.

El detenido en Tánger estaba buscado por las autoridades de varios países ya que es un peligroso integrante del grupo terrorista. Formaba parte de la dirección del aparato propagandístico y recopilaba de manera diaria y en tiempo real información proporcionada directamente por las distribuidoras oficiales de la organización terrorista.

Además, elaboraba diariamente dossiers actualizados y dirigidos a radicalizar al mayor número de usuarios en internet y era muy conocido en la web. De hecho, presumía de haber abierto hasta 300 perfiles en la red a través de los que los futuros radicales se descargaban material muy violento desde un único enlace.

Por su parte, los dos detenidos en Figueres (Girona) eran dos hermanos de 30 y 31 años y de origen marroquí que se dedicaban a administrar una compleja red de comunicación para potenciar la estrategia global de Estado Islámico para realizar una propaganda de carácter viral empleando la difusión masiva en Internet por cualquier medio.

Desde marzo de 2016, los agentes verificaron más de 400 publicaciones realizadas por ambos en Internet. En este caso, y como medida de seguridad, mantenían sus muros privados, restringiendo el acceso para controlar a quiénes iban dirigidos sus contenidos.

En el material que difundían hay constatados manuales didácticos sobre la confección de artefactos explosivos de elaboración casera, sobre el apuñalamiento de civiles o ejercicios de entrenamiento de muyahidines, por lo que existía una incitación directa a sus adeptos para cometer atentados.

Entre los amigos virtuales de los arrestados en Figueres, los agentes detectaron al cuarto objetivo, un marroquí de 44 años nacionalizado español que ha sido arrestado en la localidad madrileña de Parla, que junto a los otros tres desarrollaba labores de adoctrinamiento y captación a través de redes sociales. Tenía un perfil delictivo diferente ya que no adoptaba apenas medidas de seguridad y efectuaba publicaciones en abierto.

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